Una Ruta Portuguesa (Parte I)

Como yo andaba montañas, tenía marginado el sudoeste. Nada se me había perdido en Huelva, Sevilla, Badajoz, Algarve, Alentejo, etc... Marginados con saña y alegría. Nunca digas de este agua no beberé, dice el refrán. Las Grandes Piedras me hicieron transmutar los espacios físicos. Después de quince años, los impresionantes dólmenes sevillanos de Valencina, Castilleja, Alcalá, etc..., el eje onubense de Trigueros, Beas, Valverde y Zalamea, y ahora ya, mis queridas Extremadura y Portugal... Joder, menudo descubrimiento.

Los prolegómenos de una ruta megalítica son fantásticos. Un batiburrillo de datos con los que hacer malabarismos, para no zigzaguear en exceso, para que cuadren los días, el kilometraje, los dineros, las piedras. Al final, mirando un gran mapa de la Península Ibérica surcado de multitud de alfilerillos de colores, sonries. Pura teoría. La contundencia de la práctica te baja desde la nebulosa hasta una zona inundada por la gota fría donde la única forma de acceder a cuatro dólmenes es nadando. Otros dos están tras una valla de prohibido el paso, propiedad privada, y uno más lo hueles, lo presientes, casi lo sientes, pero no hay nadie a quien preguntar y así no funciona mi PPR (Preguntar al Personal Rural). Total: ocho que se han caido de la lista.

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Apenas cruzado el Puente Internacional que une Ayamonte con Castro Marín abandono la A-22 que bordea la costa algarvense y tomo dirección norte, a Mértola, orillando el Guadiana hasta Alcoutim. En la aldea cercana de Afonso Vicente giro visita a los menhires de Lavajo, uno de ellos con una hermosa ristra de cazoletas.

(Click sobre las imágenes para ampliarlas)

Entre Afonso Vicente y Lisboa paro tres veces: la primera en Cuba, para llevar una foto a un amigo que cada año planea un viaje a La Habana y siempre lo pospone, para destrozarle la moral. En Cuba es público y notorio que es aquí donde nació Cristobal Colón (?) Quince kms. al norte de Beja. La segunda en Alcacer do Sal para estirar las piernas y tomarme con carácter de urgencia un par de cervezas Sagres. La tercera en Palmela, donde las famosas puntas de Palmela y vaso campaniforme. Muy cerca, en Quinta do Anjo hay una necrópolis megalítica. No son dólmenes, sino cuevas excavadas en la roca.


En el puente 25 de Abril hubo un accidente y se formó un atasco kilométrico. En el Museo Arqueológico me compré uno de mis libros favoritos; "Portugal Megalítico", del que luego me he nutrido para gestionar nuevas rutas.


Temprano del día siguiente enfilo Santarem pero en Villafranca de Xira tomo la dirección de Rio Maior, ya que mi objetivo es Alcobertas. Allí hay un magnífico dolmen cristianizado, anexo a una iglesia. Así es como lo he leído en algún sitio. Dolmen adosado a una iglesia. Hoy en día la ignorancia sobre la Historia es algo tan común como la respiración, pero este error afecta exclusivamente al tiempo. Evidentemente fué la iglesia la adosada al dolmen.


No vi a nadie en todo el rato que estuve allí. Al principio no me percaté de que estaban conectados. Busqué la entrada del dolmen en su contorno, pero tuve que entrar en la iglesia para apreciar la simbiosis. El caso es que esa fusión conforma un lugar muy interesante, yo diría telúrico.


Por cierto, ¿habéis visto el escudo de Alcobertas?

2 comentarios :

  1. Me ha sorprendido gratamente encontrar este blog, de un aficionado a los megalitos, tan didáctico, ameno y práctico. Esta ruta que describes no se encuentra ni en oficinas de turismo ni en agencias de viajes.
    Gracias por divulgar estos lugares pétreos, y estas rutas que, a los que nos gusta, tomaremos buena nota.
    Te animo a que continúes con el Blog y con este estilo de elaboración ( texto y fotos ) que repito es muy didáctico.
    Saludos.

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  2. Muchas gracias Pedro por tus ánimos. Es en definitiva el principal motivo de este blog, encontrar gente como tú con los que compartir afinidades. Ojalá fueramos muchos, otro gallo cantaría para la cantidad de monumentos megalíticos que están olvidados a su suerte.
    Un abrazo.

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