El Gastor

De Gorafe partí en dirección Sierra de Cádiz, por Guadix, Granada, Loja, Antequera, Campillos, Almargen y Olvera. Me llegué al Ayuntamiento de El Gastor para que me indicaran como llegar hasta el dolmen. Varios funcionarios me señalaron amablemente como llegar, relativamente fácil hasta un cortijo, pero a partir de aquí ya consistía en buscar por los alrededores. Decían que hacía tiempo que no subían por allí, que probablemente el sendero hasta el dolmen estaría ya cerrado por la vegetación, etc...

Siguiendo un par de señalizaciones (quizás faltara una última en el cortijo) y algo de suerte llegué sin más problemas. A falta de una ultima señalización en el cortijo me quedé con una referencia que facilitaría la ubicación del dolmen de manera muy sencilla.

Sería entonces:
1º  En la salida del pueblo dirección Ronda hay una gasolinera.
2º  A solo doscientos metros de ella sale una pista a la izquierda señalada como Los Algarrobales.
3º  Por ella y en menos de un kilómetro llegamos al primer cartel indicativo, y allí mismo la pista adquiere una pendiente considerable.


4º  En otro kilómetro llegamos a una cancela con un pestillo y el segundo cartel de "dolmen" señalando la propia cancela.
5º  Nada más pasar la cancela ya se intuye el cortijo al fondo.

 
6º  Ahora vendría lo complicado que no lo es tanto, porque mirando a la izquierda del cortijo, algo alejada, sobresale una hermosa encina. Solo con dirigirse hasta ella ya estamos en el dolmen.


El lugar es precioso y recuerda, por su ubicación, los de Sierra Martilla, en Loja. Está a escasos metros de un cortado con unas vistas impresionantes. Durante todo el rato me sobrevolaron bandadas de buitres leonados y otras rapaces.


Al llegar a la cancela del segundo cartel, tuve un encuentro cuanto menos, singular. Era una hermosa chica con dos... ¿piercing? Bueno, dos aros metálicos en los labios, una mirada seductora e insinuante, provocándome al alejarse, con unos andares donde sus refulgentes nalgas resaltaban su magnifico trasero.


Aquella noche volví a acordarme de ella, cuando me cenaba un estupendo bocadillo de jamón.

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