Blog Dolmenhir: Baños de Alicún de las Torres (un guiño de Gaia)

Lentamente, pero sin pausa, VUELVE, porque siempre estuvo presente en el subconsciente humano, la conciencia de que vivimos en algo vivo. Que vibra y emana energías. La gente se familiariza, DE NUEVO, con zahoríes, energías telúricas, geobiología, radiestesia, redes dinámicas, holismo, influencias de ciertos lugares, etc... y todo ello captado de forma clara y evidente, por la mejor máquina receptora inventada para ello; el cuerpo.

La pregunta clave, tan repetida ya, que se desprende de este pequeño y humilde blog de piedras manipuladas por el hombre antiguo, ¿Por qué busco megalitos? ¿Por qué me siento tan bien, venturoso, en su presencia?

Lentamente, pero sin pausa también, la crisis empieza a hacer mella en la mochila de mis proyectos. Ya se me han olvidado los prolegomenos de rutas por Galicia, Zamora, Tras os Montes, Beiras y Alentejo portugués, incluso Extremadura. Solo me quedan maravedíes para Andalucia, y no toda ella. Que desastrozo panorama, cojones.

Urgando en el Google, en imágenes de dólmenes andaluces, pero urgando hasta el tuétano, porque ya he visitado todo lo visitable en esta maravillosa comunidad, he conseguido un par de fotos inéditas en mis archivos: dólmenes de Las Carehuelas, en Tarifa, y dólmenes de Baños de Alicún de las Torres.

De los primeros no tenía el más remoto dato, y las fotos en el buscador son del blog 'dcaminata'. De los segundos si sabía algo, pero los consideré tan deteriorados que sería complicado hasta localizarlos. La foto, en 'Celtiberia.net' sin embargo, reflejaba el interior de un dolmen muy aparente y "apetitoso". He pasado más de veinte veces por los mismísimos Baños de Alicún, en mis frecuentes idas y venidas entre Ceuta, Granada y Cazorla, sin pararme jamás.

Tarifa la tengo aquí enfrente, y su cercanía puede esperar otra ocasión. Así que ya está decidido, Ceuta, Granada, Gorafe, Baños de Alicún, Villanueva de las Torres, Alicún de Ortega, Estación de Cabra, Jodar, Peal de Becerro y Cazorla.

Volviendo a las energias emanadas de la Tierra, un sitio donde el cuerpo (el receptor, el que capta) siempre me ha exigido una paradiña, ha sido la estación de Cabra del Santo Cristo. Allí solo hay, en lo alto de un altiplano, unas pocas viviendas frente a la estación, un bar y una encina 'centemilenaria' (no he sido capaz de averiguar si la encina es centenaria o milenaria). Un par de vinos con chicharrones y un rato sentado bajo la encina es algo mas que gratificante, cargando bateria. Exceptuando al hombre del bar, apenas he visto a alguien en aquel lugar, sin embargo, me he sentido mucho mas solo, rodeado de gente.

Aparqué el coche frente a las instalaciones de la Estación Termal, Hotel Reina Isabel. Pululaban por allí varios de los hospedados, a los que pregunté por los dólmenes y que me sañalaron la recepción. Allí había dos chicas a cual más guapa. Cuando les pregunté, intercambiaron una mirada y sonrieron al mismo tiempo que llamaban: "¡Fernando ven, este hombre pregunta por los dolmenes! La lectura de la actitud de las chicas podría ser que Fernando odiaba a los buscadores de dolmenes (ya tienes aquí a otro turista plasta buscando piedras) o por el contrario que le agradaba aquella visita (este es de los tuyos).

Mientras Fernando se acercaba deseché la primera opción. Llevo veinte años buscando megalitos y solo he tenido el placer de conocer a tres o cuatro apasionados al tema. Fernando me acompañó a la primera zona de dolmenes, me llevó al Cerro de la Mina a ver los petroglifos y me mostró como visitar la segunda zona de dólmenes. Además de ello, cumplió "la amenaza" que me hizo al comenzar el sendero, "como empiece a hablar del tema no paro". Lástima que yo no dispusiera de más tiempo para dedicárselo.

Me regalaba el oido con historias e ideas comunes. Otras, desconocidas para mí, pero no menos interesantes. Fuí tomando buena nota de sus explicaciones, sobre los dólmenes, los petroglifos, el acueducto de El Toril (sencillamente impactante) la Estación Termal y sus Aguas, el Cerro Mencal (donde han aparecido nuevos dólmenes), la confluencia de los rios Fardes y Gor, de las energias, en suma, de aquel oasis.

En las inmediaciones de la Estación Termal hay una primera zona de dólmenes, en una meseta que culmina en un cortado a cuyos pies serpentea el Acueducto de El Toril (aún no he asimilado su "curriculum": paleolítico, neolítico, antigua acequia a ras de suelo que hoy alcanza los quince metros de altura por acumulación de sedimentos, travertino, único en el mundo, etc...

Justo al otro lado del acueducto se encuentra la segunda zona de dólmenes, cerca ya del cauce del Rio Fardes. En una hora pueden visitarse, en un paseo que no dejará indiferente a nadie. Se respira allí algo que trasciende, y si alguien quiere sustituir los complejos vitamínicos y demás pastillas que fortalecen los músculos del animo, que pruebe un paseo entre dólmenes junto al Acueducto de El Toril.

Los dólmenes están deteriorados pero mucho menos de lo yo pensaba en un principio. Si la Junta de Andalucía llevara a cabo la restauración de algunos de estos dólmenes y los sumara al magnífico circuito, ya organizado en Gorafe, a escasos kilómetros, sin duda se podría contar con una comarca de una potencia megalítica espectacular. Aunque, si a los dólmenes de Baños de Alicun le añadimos el propio Acueducto, los manantiales allí presentes, cuyas aguas son arcaicamente conocidas por sus propiedades, y el más que probable santuario rupestre (lugar de culto, rituales, etc... ¿?) en la cima del Cerro de la Mina... ¿no sería mas lógico sumar lo ya dispuesto en Gorafe, a Baños de Alicún? Desde su aspecto cualitativo, más que cuantitativo, me refiero.